Poner nombre a un proyecto político y crear su personalidad pública es uno de los retos profesionales más apasionantes en el mundo del naming y la comunicación. Apasionante y difícil por la escasez de oportunidades – no hay tantos partidos políticos como marcas de detergente – y por la responsabilidad que conlleva dar con un nombre que contenga el ADN de un mensaje político destinado a captar simpatizantes primero y votantes después. Si quieres conocer el origen del nombre y el slogan aquí tienes un artículo http://www.cesargironella.com/somos-region-sorbete-de-palindromo/